Mundo
¿De verdad estás preocupada por el mundo? Dedícate a algo más gratificante, no tiene arreglo.
¿Por cuál?
Éste, ése o aquél no son más que pronombres demostrativos que nada demuestran. El mundo tiene sus propios amos y sinrazones que te llevan de aquí para allá a su capricho y con disimulo.
Casi no nos damos cuenta que están apacentando a sus ovejas, a nosotros. Más allá del cerebro encerrado entre cuatro pétreas paredes las formas y las palabras de control perpetuo van y vienen, juegan con la humanidad, la acosan y la exprimen a fondo.
Nos quieren ingenuos y obedientes para explotarnos hasta la muerte.