Espejo
Buscó en el pozo de las aguas profundas y se encontró con su propia búsqueda que le andaba buscando. Por fin, coincidieron y se pusieron a buscar juntos ves a saber qué.
Relatos emocionales y breves escritos y publicados por: FRANCISCO JAVIER GURRERA AGUADO (Barcelona, Spain) Copyright del autor: Licencia Creative commons. Todos los derechos reservados, se prohíbe toda difusión parcial o total sin permiso del autor. Inicio: 1 de Abril de 2014 Final: 1 de abril de 2044 (s.m.i.) Frecuencia: 1 x semana. Escribir es vivir, también.
Espejo
Buscó en el pozo de las aguas profundas y se encontró con su propia búsqueda que le andaba buscando. Por fin, coincidieron y se pusieron a buscar juntos ves a saber qué.
Fidelidad
Se querían tanto que encargaron un ataúd doble para
permanecer juntos toda la eternidad.
Una novedad dual y en estéreo, bajo la capa de tierra.
Tradición
Llevan siglos, generación tras generación, repitiendo la misma última palabra: volveremos.
Y cumplen.
Viaje(6)
Los focos se apagaron y el viaje escénico concluyó entre aplausos y vítores del
público asistente, puesto en pie. Le había gustado la actuación, había reído
mucho y desfilaba alborozado en fila india hacia la salida.
¿Qué más podía desear?
Pepe
Richardson se carcajeaba al principio porque no se creía que Pepe significara
Policía Política.
Inmortal (4)
Se abre la caja del regalo y el oxígeno llena de luz su contenido, preñado de
futuro, efímero de pasado, plenamente vacío.
Èxit
Condemnat a cantar el seu gran i únic èxit disset anys fins als
vuitanta-dos que la mort l'alliberà.
Turno (3)
―Coja su turno, le dijo la anciana.
Y aunque el tipo se resistía y mucho, al final se lo llevó a casa envuelto en
celofán.
Silencio (9)
Desnúdate de palabrería antes de sumergirte hondo en el silencio de la mar donde
aún viven peces payaso, corales, hipocampos, actinias...
Y se puso el neopreno.
Puta
Le gritó puta y esperó la respuesta.
Sin embargo, la mujer siguió atendiendo a sus clientes con diligencia. Había mucho trabajo atrasado y no podía perder el tiempo en charlas insustanciales.
Además, estaba sorda.
Maestro
Ayer me enteré que murió el once de octubre de 2007. Dijo: me voy y cumplió su palabra. Fue un tipo singular, un maestro, decían. Le conocí en la década de los noventa del pasado siglo. Siempre sonreía. Un día me miró y su mirada atravesó de punta a punta mis vidas, la presente y las pasadas.
Me avergoncé al sentirme desnudo ante él, incapaz de esconderle nada, intuí que de mí lo sabía todo e incliné respetuosamente la cabeza. No dejó de sonreírme.
Jamás he visto tanto amor en una mirada. Luego nos separamos. Me dio mucho en el poco tiempo que compartimos juntos. Ayer me enteré que había muerto Sri Chinmoy, ayer, y mañana hará quince años. In Memoriam.
Valentía
Quiso dar una muestra más de valentía a su esposa con la ruleta rusa y le salió
mal.
Actriz
Durante años estuve conviviendo con una aspirante a actriz.
Era tan rematadamente buena que nunca supe cuando fingía
o no, hasta que una mañana lluviosa, después del baño,
desapareció entre bambalinas
Puente (10)
Este río seco ha enloquecido con las lluvias de agosto, con las faldas al vuelo, con
las golondrinas vestidas de arcoíris… y arrastra los puentes urdidos con la tela de
organdí, quedándose desnudo, sólo con las piedras, cantos rodados y fango.
Riada
La riada fue devastadora, se lo llevó todo, incluido el coche con tecnología 5G y la
gran antena de telefonía.
Atreviment
―Anem?
―Ara no, no m’apeteix.
―Però, havíem quedat que aniríem, oi?
―Sí, però això era abans. Ara no m’apeteix.
—Abans de la discussió?
—Abans.
—Podem anar a la següent sessió.
—Potser sí, ja veurem. També pots anar-hi sol.
—¡Què faria jo al cinema sol!
—Doncs, ja seria hora que ho provessis. Vull quedar-me a casa. Vull estar tranquil·la.
—No en diguis això. No vull deixar-te sola.
—Ja sóc grandeta, ¿no et sembla?
—Ja ho sé, però es que no veig que em pugi agradar anar sol al cinema. Allà al mig de la foscor sense tu al meu costat em sentiria buit i abandonat, estrany.
—Atreveix-te, amor. T’anirà bé.
—Vols dir, mare?
Turno (2)
En la cola de la panadería, ¡qué bien huele!, no hay turnos, sólo tunos, migajas y
espabilados.
Pastora
La facunda pastora, que vio brillar las afiladas fauces del lobo, lamentó que después de tanta angustia sufrida fuera a la postre únicamente una criatura de su fecunda imaginación quien se la engullera.
I.A.
La funcionaria parecía humana, pero me equivocaba, carecía de empatía.
Sentada detrás de una mampara que la separaba de mí y protegida con una mascarilla azul que le cubría boca y nariz repetía una y otra vez que no podía llevar a cabo la gestión que le pedía porque estaba fuera del protocolo.
Su madre ha de estar aquí, en este despacho, aunque no tenga que firmar nada, pues lo exige la normativa.
Pero...
No, señor, no basta con que usted me presente su carnet de identidad, ha de estar aquí, presente ante mí.
Pero...
No importa que tenga noventa y seis años y que vaya en silla de ruedas, su madre ha de estar aquí, ante mi presencia, lo exige la ordenanza.
Pero…
Las normas son las normas, señor, venga con su madre y le haré la gestión. Pida antes como ha hecho hoy cita previa, por supuesto.
Pero…
Si no quiere nada más puede irse. Tengo mucho trabajo.
Me levanté y me fui, preguntándome si esa funcionaria rubia oxigenada era un ser humano aún o era ya un robot accionado a distancia por alguna I.A.
Me pregunté retóricamente, claro.
Viaje (5)
No quería perderse nada, andaba aprisa por la calle, como viajero inquieto con tanto qué hacer, visitar, conocer.
No quería llegar tarde a la cita con la muerte.
Exiliada
En la cárcel y con cadena perpetua se puso a estudiar los idiomas inglés,
catalán y ruso, la muy ilusa.
Además la vacunaron y ella sin rechistar.
Demasiadas reclusas para alimentar, había que hacer limpieza.
Exiliada en su propio país.
Exiliada de sí misma.
La muy ilusa.
Inmortal (2)
La rueda rueda y rueda sin fin, pero con finalidad y el aljibe se llena y llena de
alegre y fresca agua inmortal.
Desconegudes
Després... despullades com estaven, es tragueren el maquillatge, les pestanyes
postisses, i es despintaren els llavis i... tornaren a ser unes... desconegudes.
Cacosmia
―Pito está extraña.
―Sí, desde que la operaron de vegetaciones.
―¿Cuándo dice que fue?
―Hace un mes y medio.
―Apesta.
―Es insoportable.
―A ella parece no importarle.
―Yo diría que incluso le gusta oler mal.
―Con lo presumida que era con su sofisticado perfume Aarón tres.
―Y que lo digas… y ahora, ya ves…, presume de pesticida.
―Imposible estar con ella.
―Imposible. Cuando vuelva del baño me iré con alguna excusa. Si vuelve… ya que igual se queda recreándose con los aromas del retrete.
―¡No me dejes sola con ella!
―Si me quedo, creo que voy a vomitar, no lo resistiré.
―¡Con lo contenta que está de la intervención! Dice que ahora respira bien la vida.
―¡Qué vida? ¡La putrefacta será!
―¡La vida de mierda!
―No te rías, querida, Pito lo pasó mal: le taladraron el hueso. Anestesia total. Estuvo taponada y con yeso en la nariz unos diez días.
―Ya lo he oído. Sus palabras hedían. Me tapaba la nariz con el foulard cuando lo decía. ¿Se ha notado?
―Un poco, pero ella no. Parece tan feliz. Vive en otro mundo.
―Está enferma. Yo creo que la han grafenado y ha perdido el olfato y… la cabeza.
―Y sus facultades adivinatorias. Se ha convertido en un becerro inútil y fétido. Todo jajajas y jejejes pestíferos e insustanciales.
―La operación le ha cambiado la vida.
―Y a nosotras. No soporto más su hediondez, me resulta repugnante.
―Nuestra Pito es ahora de Pitorreo y ya no de Pitonisa.
―¿Dónde se han quedado nuestras maravillosas tardes adivinatorias?
―Al garete con todo. Vámonos, que pague ella. Que el camarero le diga que nos han llamado con urgencia… del hospital, yo que sé…
―O que nos han robado los móviles y perseguimos al ladrón, o un aviso de bomba en la cafetería… lo que quiera.
―¡Qué viene!
*Cacosmia: perversión del sentido del olfato que hace agradable los olores repugnantes o fétidos.
Mundo
¿De verdad estás preocupada por el mundo? Dedícate a algo más gratificante, no tiene arreglo.
¿Por cuál?
Éste, ése o aquél no son más que pronombres demostrativos que nada demuestran. El mundo tiene sus propios amos y sinrazones que te llevan de aquí para allá a su capricho y con disimulo.
Casi no nos damos cuenta que están apacentando a sus ovejas, a nosotros. Más allá del cerebro encerrado entre cuatro pétreas paredes las formas y las palabras de control perpetuo van y vienen, juegan con la humanidad, la acosan y la exprimen a fondo.
Nos quieren ingenuos y obedientes para explotarnos hasta la muerte.
Carga
Después de releerlos se deshizo uno a uno de la mayoría de libros de su biblioteca. Demasiada carga racional.
Sólo se quedó con algunos de poesía, más livianos.
Para deshacerme más tarde -pensó.
Viaje (4)
Aún amoratado, recién nacido, nos habló del largo viaje, del interno que concluía y
del externo que iniciaba.
Luego aprendió que nada concluye.
Cosas del viaje.
Desespero
En la pesadilla me desesperé al no encontrar el camino de regreso a casa.
Así que elegí despertar.
Fue peor.
Silencio (7)
Escribid sobre el silencio, medio folio, no os alarguéis.
Ángela obtuvo un sobresaliente, dejó la página en blanco y subrayó el
título.
Inmortal (1)
Nace, crece, se desarrolla, reproduce, muere y vuelta a empezar: he aquí lo
inmortal, el nunca acabar.
Petó
—Gemma?
—Què?
—Vull dir-te una cosa..., però no m'atreveixo.
—Què vols dir-me?
—Que t'estimo.
—Manel!
—Què?
—Res, que..., que gràcies, que... jo també t'estimo.
—Gemma?
—Què?
—Puc donar-te un petó?
—Un petó?
—Sí.
—On?
—Als llavis.
—Als llavis?
—Sí.
—Bueno.
I s'aturaren i es miraren i rigueren una mica, i a poc a poc ell va apropar els seus llavis als de la Gemma i quan la besà va tancar els ulls, els seus ulls Down. Ella, que també els tenia, els va mantenir oberts durant la besada. Després esclataren en una gran riallada.
—Gemma?
—Què vols?
—T'ha agradat?
—Sí.
—T'estimo.
—Jo també, Manel.
—Gemma?
—Què?
—Et puc donar la mà?
—Bueno.
I es donaren la mà i marxaren donant petits saltirons avinguda Gaudí
avall.
Imaginen (A La Quinta Columna)
Imaginen un mundo en el que una minoría todopoderosa (MiTo) controlara y esclavizara a una mayoría silenciosa.
Imagínenlo organizado jerárquicamente, cual logia masónica o política o judicial o militar o religiosa o sindical o médica o deportiva, donde callar y obedecer ciegamente al superior fuera norma de obligado cumplimiento.
Imaginen que usara el poder del dinero para comprar organismos oficiales, gobiernos, farmacéuticas y difundir mentiras por verdades en los medios de comunicación oficialistas, censurando medios alternativos críticos.
Imaginen que la MiTo considerara el planeta como una granja doméstica con animales a su servicio, y una amenaza la superpoblación.
Imaginen que decidiera reducirla a la mitad con la excusa de suprimir la pobreza en el mundo y encontraran la solución en el grafeno, un mineral magnético, maleable, barato, radio-modulable con las antenas 5G y ...tóxico.
Imaginen que crearan un virus tecnológico contra la sociedad civil y lo insertaran experimentalmente en las vacunas para la gripe del 2019.
Imaginen que a las muertes por intoxicación en las residencias de ancianos vacunados contra la gripe y los experimentos en Wuhan con el 5G le llamaran pandemia vírica a través del OMS y dieran salida a las vacunas con grafeno.
La MiTo usaría la técnica habitual: primero provocaría alarma social y miedo creando un virus terrible; segundo, la gente les pediría ayuda; y tercero, ellos le darían la vacuna experimental con grafeno que tenían previsto.
Imaginen que las vacunas contenieran microchips auto-ensamblables de grafeno, y que hubieran sido descritos por microscopio electrónico en varios informes científicos, a los que nadie pudiera desmentir con un contra análisis.
Imaginen que estos informes se presentaran al menos quinientas veces como denuncias ante la autoridad judicial por crímenes a la humanidad, pero que ningún juez o jueza las admitiera a trámite en ninguna parte del mundo.
Imaginen además que con el grafeno inyectado con los viales se marcara a la población como ganadería una dirección MAC, detectable con el Bluetooth del móvil, y que la señal siguiera emitiendo incluso después de fallecido.
Imaginen que el tóxico mutara el DAN y que el cerebro del que sobreviviera, quedara de por vida programado por alguna entidad externa sin saberlo.
Imaginen que la MiTo siguiera generando más virus, falsas vacunas o guerras periódicamente para influir a través del miedo en la población remanente hasta conseguir su plena esclavitud.
Imaginen que consiguieran substituir el humanismo por el transhumanismo, convirtiendo el ser humano en un híbrido tecno-neural, en un zombi, sin su consentimiento. Clonarían la humanidad a traición y le llamarían la cuarta revolución industrial. ¿La mayoría silenciosa seguiría callada?
Imaginen...
Copérnico imaginó y acertó.
Lenon imaginó y no acertó.
Arriésguense, imaginen.
Hora
A la hora en punto —poner la que queráis— cualquiera cosa imaginable está sucediendo al menos dos veces en el mundo.
Quién esté escribiendo a la hora en punto lo sabe perfectamente.
Gallinero
Bertrand Russell dijo con brillantez que los gallinos y las gallinas del gallinero no sabrán nunca que la mano que les alimenta un día vendrá para cortarles el cuello.
Hoy en día, el gallinero está amedrentado, que no revuelto. Les han comido la cabeza con óxido de grafeno y ahora gallinos y gallinas ciegos/ciegas quedan radio modulados y teledirigidos por las antenas de telefonía de microondas. Quedan fritos antes de que pongan un huevo o una hueva. Un plan de exterminio macabro de los amos del gallinero.
En este gallinero obedientes gallinos y gallinas ciegos/ciegas siguen las consignas de los creadores de noticias de radios y teles, no importa que sean verdaderas o falsas, les bastan los titulares y que provengan de un experto. Al corral, carente de sentido crítico, le han inducido un feroz miedo a la vida y se traga sin contrastar cualquier información como cierta de los periolistos. Desconoce que éstos también obedecen a su proveedor de cereales.
Hen rock es uno de los amos del gallinero, el que soborna con sabrosos cereales no sólo a los medios de desinformación masivos que controlan el corral (que no se desmadre ninguna ave) sino también a las grandes corporaciones médicas y farmacéuticas (que no se desmadre ninguna ave) y a los organismos oficiales a los que sufraga con generosas donaciones (que no se desmadre ninguna ave) y por supuesto a la clase política de cualquiera ideología que forma y coloca a su gusto para regir los destinos del gallinero (que no se desmadre ninguna ave) ya que todos y todas han de rendir cuentas y pleitesía al verdadero benefactor de los residentes del corral.
No es el dinero el que mueve el mundo sino el ansia de subyugar al otro, el poder. El querer ser Dios, un Dios perverso.
En el gallinero, gallinos y gallinas ciegos y ciegas obedecen sin rechistar al que manda enfundado en cualquiera vestimenta de autoridad, aunque les mande directo al crematorio. (Antaño al tostadero de granos de café).
Y nunca lo sabrán, como bien decía Bertrand Russell.
Viaje (3)
Cuando un viajero, cualquiera, se siente cansado, descarga la mochila junto
a una fuente de agua fresca, se seca el sudor, bebe, reposa unos instantes
mirando al frente el camino que le queda, retoma la mochila con parsimonia y
continua.
Algunos se quedan en el bar.
¿Quién?
El tipo acababa de cumplir ochenta años, amanecía, estaba en la cama y con los ojos cerrados se preguntaba:
¿Quién sostiene el palo de mi vida, quién hay detrás de los cambios físicos, mentales, emocionales que ha habido a lo largo de mi existencia?
¿Quién soy en el cambio que me permite reconocerme como el hilo seguido de una misma identidad a pesar de haber cambiado tanto y de haber hecho tantas cosas distintas?
¿Qué existe en mí de permanente que me permite aún reconocerme como siendo algo mismo, identificarme con el actor que interpreta infinitos personajes sin saberlo?
Se vio de bebé en brazos amorosos de su madre amamantándolo, con sus grandes ojos de asustado, un rubiales tragón, ávido de vida…
O comiendo con deleite la papilla dulzona que le preparaba su padre en aquel plato de plástico rígido y amarillento que decía para tu hijo.
O lloroso, con pantalones cortos, cuando le operaron de las amígdalas a los siete años sin anestesia en la clínica Monegal, que ya no existe, de Mora d’Ebre. ¡Dios mío, qué dolor!
Se vio pedaleando feliz por los caminos que llevaban a la finca del Barranc a media hora del pueblo con la enorme bicicleta de dos ruedas que le regalaron sus padres a los catorce años por haber superado la reválida de cuarto al primer intento.
Se vio caer de bruces con esa bicicleta un día de finales de verano al torcérsele el manillar con una enorme piedra, cuando a toda velocidad regresaba entusiasmado del Barranc al encuentro de sus padres que habían ido recogerlo al pueblo…
Vio como la manilla del freno le hendía la piel de su pierna izquierda y cómo le manaba sangre sin parar y se vio herido y solo en medio del camino, lamentándose de la caída y de que sus padres ya debían estar esperándole.
Vio a la Sra. Rosa, vestida de negro, una vecina de la calle que volvía del campo con un enorme fardo en la cabeza, que amorosa le ayudó envolviéndole un pañuelo en la pierna. Así regresaron a casa de la mano con la bicicleta rota y la pierna herida con más miedo a la reacción de sus padres que al daño sufrido.
Se vio de nuevo en la clínica Monegal, llorando en el quirófano, el médico era alto, nuevo e inexperto. Necesitó diez puntos de sutura y la tiita Carmen le decía burlona “no llores, que ya eres un hombre…” La herida se le abrió y le dejó una cicatriz serpenteante de por vida.
Se reconoció volviendo a Barcelona en el Gordini plateado de sus padres con la pierna vendada y apoyada en el asiento trasero y oyendo a su padre quejarse de la mala cabeza de su hijo y a su madre quitándole importancia.
Sintió el horror de salir despedido una noche de finales de julio con su primo Raimon del mismo Gordini, repintado de granate cuando conduciéndolo con veinte años chocó contra el puente en una curva muy cerrada de San Pol de mar, salvándose ambos de milagro… El vehículo después de dar algunas vueltas quedó para la chatarra.
Y oyó el tumulto de la gente de las terrazas cercanas que se levantaron de sus asientos y se pusieron a mirar el accidente desde la atalaya...
Se vio vendimiando feliz con apenas diez años en la finca del Madarraix o en Perles ayudando con su hermano a sus queridos tíos del pueblo, siempre tan necesitados de ayuda y siempre tan agradecidos…Y así año tras año.
Se vio trabajando de muy crío en el obrador de la pastelería de su padre en Barcelona haciendo con dificultad bretzels de hojaldre (acabó enseñándole su madre), pues ser zurdo era una contrariedad como le decía continuamente su padre…
Vio al adolescente miedoso que fue relacionarse torpemente con las chicas después de estudiar en una escuela de curas donde sólo había niños…
Aún sintió la fascinación de ver la imagen de una joven enfundada en un vestido de terciopelo verde descendiendo elegantemente por las escaleras al obrador de la pastelería Mora, en la Diagonal de Barcelona, (donde él trabajaba llevando la sección de repostería), la joven con la que ha estado casado felizmente durante más de cincuenta años…
Se vio en el trabajo posterior, cambiando slots y testeando mientras ejercía de ingeniero para una empresa de telecomunicaciones durante años…
Y jugando con sus dos hijos de pequeños, educándoles con mayor o menor acierto, siempre con la mejor intención del mundo…
O jugando al ajedrez con ellos, escribiendo, leyendo, bailando, viajando, riendo, sufriendo, compartiendo… y muchos otros gerundios que no caben aquí.
Sintió el dolor de la pérdida de sus seres queridos… ¡Dios mío, qué dolor!
Y sintió las cicatrices en la piel que le habían quedado al superar enfermedades, caídas, desalientos, tristezas…
Si eso que estaba viendo era simplemente su vida espigada en los momentos más sentidos, tal vez fuera que vivir consistiera simplemente en eso.
Pero ―se preguntaba― ¿Quién mantiene el pulso identitario en todos los cambios?
¿Quién hace que el niño feliz y rubiales de tres años sea el mismo tipo calvo, con gafas y apesadumbrado de ochenta?
La memoria ―se respondió―. La memoria sostiene el palo del gallinero. Un escalofrío le recorrió el cuerpo de pies a cabeza, el cuerpo de la memoria.
Sin la memoria no habría recuerdos espigados de vida ni identidad, de modo que ―pensó― cuando la memoria termina… ¿Qué queda?
No se lo podía sacar de la cabeza aquella mañana, mientras estaba en la cama con los ojos cerrados, agonizando.
Comunidad
Al abrir el buzón donde se guardan las cartas de los vecinos ausentes tuvo una
conmoción: estaba lleno.
Promesa
Me dijo que vendría a ayudarme, me lo prometió.
Mi madre política.
De esto hace unos cinco años.
De ésta a aquella ribera corre caudaloso y voraz el río del olvido.
Sin embargo, no la olvido.
Una promesa es una promesa.
¿Qué habrá sido de ella?
¿Y de su promesa?
Sé que ha estado ocupada velando por el bienestar de sus hijos y nietas.
Fue siempre una gran madre, sobreprotectora.
Apenas un manojo de huesos el día antes de su muerte. Aún sonreía.
De eso hace unos cinco años.
Miro la noche a través de la ventana y me estremezco.
Allí está ella, sonriéndome.
Me dice: Estoy aquí, yerno, tal como te prometí.
No quedan lágrimas en mis ojos resecos.
Ni sueños.
Escribo: Me dijo que vendría a ayudarme, me lo prometió...