lunes, 29 de agosto de 2022

Relato 440



                                             Atreviment

Anem?

―Ara no, no m’apeteix.

―Però, havíem quedat que aniríem, oi?

―Sí, però això era abans. Ara no m’apeteix.

—Abans de la discussió?

—Abans.

—Podem anar a la següent sessió.

—Potser sí, ja veurem. També pots anar-hi sol.

—¡Què faria jo al cinema sol!

—Doncs, ja seria hora que ho provessis. Vull quedar-me a casa. Vull estar tranquil·la.

—No en diguis això. No vull deixar-te sola.

—Ja sóc grandeta, ¿no et sembla?

—Ja ho sé, però es que no veig que em pugi agradar anar sol al cinema. Allà al mig de la foscor sense tu al meu costat em sentiria buit i abandonat, estrany.

—Atreveix-te, amor. T’anirà bé.

—Vols dir, mare?



 

sábado, 20 de agosto de 2022

Relato 439

                                            Turno (2)

En la cola de la panadería, ¡qué bien huele!, no hay turnos, sólo tunos, migajas y

 espabilados.

 

sábado, 13 de agosto de 2022

Relato 438

                                              Silencio (8)

Ligero como un gruyere fermentado de silencios.



sábado, 6 de agosto de 2022

Relato 437

Pastora

La facunda pastora, que vio brillar las afiladas fauces del lobo, lamentó que después de tanta angustia sufrida fuera a la postre únicamente una criatura de su fecunda imaginación quien se la engullera.


 

lunes, 1 de agosto de 2022

Relato 436


                                             I.A.

La funcionaria parecía humana, pero me equivocaba, carecía de empatía.

Sentada detrás de una mampara que la separaba de mí y protegida con una mascarilla azul que le cubría boca y nariz repetía una y otra vez que no podía llevar a cabo la gestión que le pedía porque estaba fuera del protocolo.

Su madre ha de estar aquí, en este despacho, aunque no tenga que firmar nada, pues lo exige la normativa.

Pero...

No, señor, no basta con que usted me presente su carnet de identidad, ha de estar aquí, presente ante mí.

Pero...

No importa que tenga noventa y seis años y que vaya en silla de ruedas, su madre ha de estar aquí, ante mi presencia, lo exige la ordenanza.

Pero…

Las normas son las normas, señor, venga con su madre y le haré la gestión. Pida antes como ha hecho hoy cita previa, por supuesto.

Pero…

Si no quiere nada más puede irse. Tengo mucho trabajo.

Me levanté y me fui, preguntándome si esa funcionaria rubia oxigenada era un ser humano aún o era ya un robot accionado a distancia por alguna I.A.

Me pregunté retóricamente, claro.