Gregor
¡Por el amor de
Dios, Gregor, haz algo, defiéndete, no te quedes como muerto, muévete, demuestra
que estás vivo, actívate, ya!
Levanto los brazos, los cruzo por encima
de la cabeza, doy una palmada con las manos arriba y al mismo tiempo salto y
abro las piernas, originando un terremoto. Luego volteo la cadera de un lado a
otro con las manos en jarras diez veces para cada lado y viene un tornado. Hago
flexiones, aparto una montaña, noto como se tensionan las pantorrillas y me duele un montón donde el cuello.
Siento compasión por mí y por los seres
vivos que he asesinado y engullido, siento haber provocado tanto daño, tanta
desgracia, tantas lágrimas. Me apena haber desperdiciado mi vida con tanto mal.
Pido perdón a todos/as.
No pude elegir, ya sé que no es excusa,
pero es cierta, nací gigantón, defectuoso de fábrica, sólo me interesé por mí,
mataba a quien me contradecía, no soportaba discutir ni argumentar, nací así de
simple, sólo cumplí mi destino.
Quien criticaba mi joroba era criatura
muerta. Quien se reía de mí tontura en la escuela, moría. Quien me acusaba de
tener mal genio, sucumbía. Quien me insultaba o retaba también moría. Soy como
soy, no soporto las mediocridades ni las medias verdades. No puedo cambiar, soy
coherente.
Nací aquí, como podía haber nacido allí,
qué más da la identidad que otorga un país. Podía haberme dedicado a hacer el
bien y colaborar con la humanidad, ayudar a mover ríos o asteroides, hacer
presas o construir parques temáticos o desplazar continentes, pero elegí
descuartizar niños y niñas, para comerme sus cuerpos tiernos. Quería recuperar
la inocencia perdida por un camino tortuoso sin saber que con ello causaba
demasiado sufrimiento. Demasiado sufrimiento. Fui un insensato, lo reconozco.
El ogro Gregor fue abatido ayer por un
obús de 155 Mm. que le seccionó el cuello. Ha sido enterrado esta mañana en el
cementerio del Cuento. Algunos niños —continua la crónica— se han asustado
porque han sentido que el ogro seguía vivo y que estaba agrietando el terreno
roquero donde a mucha profundidad ha sido sepultado su enorme féretro. Otros,
por el contrario, se han sentido muy aliviados.