Venecia (8) (Ver relato 133)
La Basílica domina
al frente, (Angelina escribe en verde, sin previo aviso, San Marcos, imagino) con
la torre del campanile a su derecha y las dos procuradorías (la nueva y la vieja)
a su izquierda con más de trescientos cincuenta metros de arcadas donde hay infinidad de bares y
cafeterías (como el Florián desde donde también hoy te escribo) y se apiñan
turistas sedientos. Entre medio el museo
Correr, hoy, el museo municipal de Venecia, un edificio burocrático que
enmarca tres cuartas partes partes de la piazza y en el extremo de la procuradoría vieja. En el
ala norte de la piazza, como puedes ver en la foto, se encuentra la torre de'll
Orologio (del rellotge, decís) con su gran reloj central que señala la hora,
los días, el curso de los planetas y estrellas. Arriba, en la torre, están los
moros (así les conocemos) que dan las horas golpeando con sus grandes mazos la
campana. El palazzo ducale es el edificio gótico de porte tan elegante que está
a la derecha de la foto, en el extremo oriental de la piazza del que ya te hablaré
otro día y el espacio que ves a su delante es la piazzeta, donde palpita el
corazón de Venecia. Rodeada de edificios singulares como la Loggetta, la
biblioteca marciana y el propio palazzo ducale, se abre a la laguna en un
muelle donde destacan dos grandes columnas: el león de San Marcos en una y San
Teodoro en la otra. Majestuosa piazza repleta de la gente más extraña y
variopinta, como en tu Rambla... En fin, empiezo por el Campanile: es de
ladrillo y la torre más alta de Venecia
con casi cien metros. Antiguamente señalaba la llegada de los barcos y avisaba
de los incendios y hoy es atracción turística de visita imprescindible. Desde lo alto, a las doce del mediodía desciende en el
primer domingo de carnaval la conocida colombina, todo un acontecimiento, y el
águila lo hace cuando concluye el carnaval en el siguiente domingo. Es del XII pero ha
sido reconstruido muchas veces. El catorce de julio de 1902 este campanile se
desplomó herido por una hendidura mortal. Milagrosamente no hubo víctimas. Un
sindicalista llamado Grimani, durante la colocación de la primera piedra,
pronunció la famosa dov'era e
com'era (donde estaba y como
era) que se convirtió en el lema de esta reconstrucción (Ya ves, estoy
empollada, es mi trabajo). El campanario actual es del veinticinco de abril de 1912, día
de San Marcos, restaurada por un tal Moretti y de momento sigue en pie. Es
similar a las torres que tenéis delante de la fuente mágica, pero a mí ésta me
parece más hermosa. Desde arriba (hay ascensor) se ve todo el conglomerado de
islas, el gran canal, el mar Adriático, las cordilleras alpinas y hasta mi casa
de la calle Contarini. Arriba del campanile se encuentra la estatua del
arcángel Gabriel, de tres metros, con grandes alas y cuando los vientos soplan con
fuerza la figura entera oscila. Aquí decimos que cuando el ángel gira pronto
habrá aqua alta y nunca falla. El aqua alta son las mareas altas y suelen
presentarse dos veces al año, por primavera y por otoño, dos veces al día y
duran unas cuatro horas a lo largo de algunos días. Naturalmente esta piazza se
inunda, y si la marea sube metro sesenta sucede la catástrofe, se inunda toda Venecia.
Es típico, de foto, pero no te recomiendo vivirlo, ya te expliqué, es horroroso.
Entonces es cuando ponemos las pasarelas en la piazza que te conté en una
postal. No olvides, Albert, que Venecia es una isla, que forma parte de un
archipiélago de ciento dieciocho islas pequeñas unidas entre sí por cuatrocientos cincuenta y cinco puentes y todas,
absolutamente todas se están hundiendo. Algún día los turistas y nosotros
iremos con escafandra, viviremos en el fondo del mar como las llaves de tu
Matarile y sino al tiempo. Si sobrevivimos. Otro
imprescindible de aquí es la visita al palazzo ducale. De ese también me
encargo yo. Ya te contaré en una próxima. Besos, Ciao! X X X
PD. ¿Te habrás dado cuenta de que
estoy escribiendo en verde, verdad, tonto?
(Continuará)
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