martes, 28 de abril de 2020

Relato 318

                           
                               Políticos

 Estaba teniendo un sueño horrible, no paraba de moverse de un lado a otro del diván, expresando en voz alta la congoja que sentía como si el sueño fuera realmente una pesadilla. No me había encontrado hasta la fecha con un paciente así, ni creo me encontraré jamás. Lo intenté todo para despertarle: le zarandeaba, hacía ruido adrede dando portazos o con la música alta, incluso palmadas fuertes al aire o subministrándole previamente cafeína en dosis concentradas con un vial, pero en vano, el tipo seguía dormido, fustigando entrecortadas voces, con la angustia atenazándole la garganta y sudando por los poros de su cara. Tomé algunas notas rápidas: decía que los políticos que gobernaban su país no eran profesionales de la carrera política, sino políticos profesionales de carrera, fundamentalmente funcionarios ambiciosos ascendidos de rango en su escala jerárquica, individuos hábiles con el lenguaje, persuasivos en los modales, mayormente formados en leyes o en economía, pero poca cosa más, y sin ninguna preparación política. Le preocupaba que su vida y la de sus compatriotas estuvieran en manos de ineptos funcionarios disfrazados de líderes políticos sin altura de miras y a merced de los poderes económicos de cada país.
        Murió en el diván, dando convulsiones. No me lo he sacado de la cabeza.

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