martes, 5 de mayo de 2020

Relato 319


                        Algoritmos

Del mismo modo que existen motores con algoritmos que se basan en el aprendizaje reforzado y en las redes neuronales de la inteligencia artificial que se auto perfeccionan con el uso (como por ejemplo el módulo Stockfish en el ajedrez, que supera al mejor ajedrecista del mundo) y que encuentran la opción más objetiva y satisfactoria para cada posición fuera del cálculo racional y de las emociones, también debería existir (y existirá pronto) un motor universal de la justicia social y repartimiento de riquezas del planeta para organizar una humanidad basada en la felicidad y de obligado cumplimiento para todos los Estados. El ser humano necesita un cambio de rumbo con urgencia antes que se auto-destruya. Los actuales líderes políticos arrastrarán a la ruina al planeta con sus corruptelas y ya no sirven a  sus poblaciones. La humanidad necesita un módulo de inteligencia artificial autónomo, de carácter universal y con capacidad de decidir lo mejor en cada situación para la felicidad del conjunto. No puede seguir generando tantas desigualdades, tanto sufrimiento al mundo. El planeta no  soporta tanto dolor y se está quejando.
El proceso será gradual, pero fructífero. Cada país desarrollará un módulo propio basado en el bienestar común y no en la competitividad que se irá mejorando en contacto con el de otros países hasta consolidarse en un módulo principal al que llamaremos Algoritmo Dios. Este módulo supremo substituirá a los dioses y religiones actuales, y será el único Dios a respetar por el que se regirá la humanidad en pos de la felicidad. El Algoritmo Dios tiene por objetivo el logro de la felicidad de los seres humanos por encima de todo lo demás (poder, dinero, violencia…) e implica un cambio absoluto de paradigma de la humanidad. La inteligencia artificial que se auto mejora con el uso al rescate de la convivencia humana se impondrá inevitablemente en el mundo.
Es tal vez el último recurso que le queda al género humano para vivir en la paz y en la felicidad por derecho propio y dejar de sobrevivir en la hostilidad actual si no quiere aniquilarse. 
Al planeta no le importa que lo humano no siga.

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