martes, 11 de agosto de 2020

Relato 333


                                       Peca

María Engracia tenía una peca muy graciosa en la mejilla izquierda. Cada día se la cuidaba con mimo  y la realzaba con maquillaje. La mayoría de los hombres iniciaban la conversación con ella tomando como excusa la peca que lucía hermosa en su bello rostro.
Cuando al cabo de los años la peca empezó a cambiar de color se negó a ir al dermatólogo porque la peca era suya y le daba identidad. No se imaginaba una vida sin su amada peca en la mejilla izquierda.
Descanse en paz.

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