Peca
María
Engracia tenía una peca muy graciosa en la mejilla izquierda. Cada día se la
cuidaba con mimo y la realzaba con
maquillaje. La mayoría de los hombres iniciaban la conversación con ella
tomando como excusa la peca que lucía hermosa en su bello rostro.
Cuando
al cabo de los años la peca empezó a cambiar de color se negó a ir al
dermatólogo porque la peca era suya y le daba identidad. No se imaginaba una
vida sin su amada peca en la mejilla izquierda.
Descanse
en paz.
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