Apaga
─Te amo, Carla.
─Y yo.
─¿Entonces?
─No puede ser.
─¿Por qué?
─Lo sabes bien,
estoy casada.
─Y eso, ¿qué
importa?
─No puedo
engañarle.
─Díselo.
─No puedo.
─¿Tienes miedo?
─No puedo, no
quiero.
─Entonces, ¿lo del
otro día?
─Lo del otro día
fue un exceso.
─¿Un exceso?
─Sí, algo pasajero,
me pillaste desprevenida.
─¿Te gustó?
─¡Claro!
─¿Entonces?
─No puedo, está
Fernando.
─Que se venga.
─¡Qué dices!
─Lo que te digo,
que se venga.
─Imposible.
─A los hombres les
gusta estar con dos mujeres.
─Venga ya.
─Tengo ganas.
─Y yo.
─¿Apago la luz?
─Sí, apaga.
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