martes, 3 de septiembre de 2019

Relato 284


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        —Loca, me dicen, ¿usted se cree?, loca porque veo lo invisible. ¿Qué puede hacer yo, si nací así, medio bruja? Me sucede desde pequeña, lo que me sorprende es que no le pase a usted, francamente. Para mí es normal, me he acostumbrado a esta doble vida, trato a los visibles como hace usted y a los invisibles que les acompañan. A veces no sé a quien he de hacer más caso si al visible o al invisible, es un jaleo para mí, se lo aseguro y me pierdo en la conversación, por eso me dicen loca, pero no lo estoy, al contrario, nací con este don o desgracia: el de ver los dos lados del espejo al mismo tiempo. Es una experiencia vital que nadie ni usted puede desmentírmela.
        —Bien, bien, Carmena, no se enfade ni se disguste, estamos aquí para  resolver este conflicto. Eso que le sucede a usted  es más habitual de lo que se suele admitir, se lo aseguro. No es mi especialidad pero la Física actual reconoce que las leyes científicas que rigen el universo son muy pobres y limitadas, que se refieren exclusivamente al universo visible y éste representa, Carmena, y quédese con este dato, sólo el cuatro por ciento de la materia perceptible mientras que el noventa y seis del universo restante es materia y energía oscuras, invisible para nosotros y la ciencia. Han demostrado que el comportamiento real de la materia visible no se puede entender sin la necesaria existencia de la materia y energía oscuras que son como le digo invisibles a nuestros medios ópticos y que, además, gobiernan este universo visible. No se ven porque según los expertos: la luz queda absorbida por la energía oscura. Y no tratamos a los físicos de locos, ¿verdad, Carmena?     
        —No, claro, pero tampoco ellos se ven obligados a ir al psiquiatra.
        —No dé las cosas por seguras, se lo aseguro, Carmena, no las dé, por muy obvias que parezcan. Lo obvio no es demasiado común, todo puede ser sopesado y ser objeto de sospecha. Pero no nos desviemos del tema, prosiga.
        —Doctor, no se vaya ya, por favor, doctor, no desaparezca.

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