martes, 24 de septiembre de 2019

Relato 287


                                   Vulnerable

Vulnerable, más, a medida que envejezco, lo constato. Y no me asusta, pero tampoco me gusta, desestabiliza. Una sensación extraña, aunque no nueva. La tuve en el pasado, en ocasiones, flotaba a centímetros del suelo y avanzaba veloz sin impedimentos. Ahora vuelve y persiste, otra vez lo mismo, levito metros y metros, recorro kilómetros, me mantengo sobre la línea del horizonte azul, fatigado, en un equilibrio inestable. Caer, tan fácil como no caer y en cada levantamiento algo se queda abajo. Tal vez vivir sea eso, andar en la cuerda floja lo que toque a cada cual vivir. Y reconocerse vulnerable y amar y amarse.
        Serena me dices: tú lo estás pidiendo. ¿Yo? Lo acepto, te escribo, lo escribo. Rompes el molde que me encierra y resguarda, me agrietas los poros, penetras ultravioleta por mi epidermis y lo distinto, el otro, lo de los otros, me broncean lo humano, sintiéndome igual, viéndome desigual. Extraño fenómeno el de unos y otros, el de la unicidad y la separación. Dejo inseguro seguridades vanas y me acerco al mundo que palpita, sufriente, vulnerable como tú, como yo, como todos, lo veo claro, hoy lo veo claro y puedo escribírtelo. Y desharé provisionalmente muros mentales, trampas y buhardillas, y caerán relámpagos como intuiciones y por unas horas me abriré y no veré diferencias entre tú y yo ni en lo profundo ni en la superficie. Seremos lluvia fina sobre la mar indistinta. Seremos agua fecunda y transparente de los arrecifes. Por unas horas seremos verdaderos. ¡Tan cegato he sido, tan cegato soy, tan cegato no seré!
         Como vivientes aturdidos por la luz oscura y radiante del cosmos, me siento vulnerable, felizmente vivo ahora mismo, electrificado y sin cercas, aunque sea tocando el abismo a flor de piel y ...temblando.    

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