martes, 7 de julio de 2020

Relato 328


        —Siento el retraso. Mi madre.
        —Estoy con el Fortuny, no pasa nada. Ya he visto tu WhatsApp. Pide algo.
        —Por favor, un Bíter.
        —¿Qué quería tu madre?
        —Pamplinas. Retenerme con cualquier excusa, se ha vuelto obsesiva, no me deja en paz, me resulta insoportable. ¿Cómo va?
        —Difícil, hay una palabra de siete letras que no me sale. Empieza con b termina con t y entremedio hay una e.
        —¿Y las verticales?
        —Imposibles, es la inocentada de cada año.
        —¿Cómo la define?
        —Figura pequeña de adorno. ¿Se te ocurre algo?
        —Borinot.
        —En castellano.
        —Ah, no. Borinot. Mi madre quería que le llevara uno a la Residencia, un recuerdo de su abuelo, una figurita de caoba negra con las alas plegadas.
        —Y, ¿se la has llevado?
        —¡Qué remedio!
        —Será importante para ella.
        —Su abuelo se la trajo de África. Regalo de un chamán. La llevaba en el bolsillo, una especie de amuleto. Vivió noventa y ocho años bien lúcidos.
        —¿Cuántos tiene tu madre?
        —Noventa.  
        —Se sentirá acompañada. Allí debe encontrarse sola. Los talismanes son objetos cargados de poder, no los subestimes. La segunda es una i.
        —Quiere morirse con él, que la enterremos con él. Dice que no lo valoro suficiente, que no me lo merezco. No sé. Está perdiendo la cabeza. Lo siento.
        —No hay manera, me rindo. Mañana veré la solución completa. 

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