Peligro
Es
inútil que te escondas en la oscuridad del cine, en la pasajera nube gris, bajo
las sábanas blancas o en la espesura del bosque humeante, tus energías se
volverán estériles, lo sabes bien, un
día o una noche o una tarde aciaga vendrá a por ti, te hallará envuelto en
sudor o en incertidumbre, la oirás llegar por el portal, chirriarán los goznes
del portón oxidado, se cerrará de golpe, pulsará el interruptor general,
brillarán las luces de las plantas, subirá por la escalera de madera, crujirán
los escalones, auscultarás pisadas inquietantes, irán a tu nido de cristal.
No querrás hacer ruido, estarás ausente,
cerrarás los ojos, invisible, acurrucado en crisálida, cada paso retumbará en
tu cabeza, campanadas de niñez, las contarás una a una, una tras otra, sabrás
la hora que vives, el tiempo que te queda, permanecerás en suspenso, inmóvil,
temblarás febril.
En tu rellano cesarán los pasos, se detendrán
ante tu puerta, sentirás un silencio largo y tenso, te parecerá inmortal. La
mirilla deformará a la visitante, oirás el tintineo calmado de unas llaves, te
acordarás del sereno de tu infancia, el sereno que abría los portales de todas
las casas, aquí será sólo una, la tuya, tantearán en tu cerradura, se
introducirá la llave justa en el bombín, darán dos vueltas los bulones
burlones, se retraerá el resbalón, alguien empujará, abrirá la puerta, verás
cierto resplandor, notarás corriente de aire, sentirás frío bajo el manto
protector.
Tú
querrás pasar desapercibido, apretarás los ojos, estrujarás los puños, no lo
podrás evitar, la sombra se te acercará y se alargará, la verás hincharse como
un presagio y te invadirá, suavemente ocupará tu lugar, os fundiréis en negro,
un largo fundido en negro y ya no habrá nada que hacer, con las llaves en la
mano serás uno de los suyos, otro sereno.
Y
buscarás por los cines, por las nubes afelpadas de amarillo, por los bosques
vaporosos, por las sábanas negras; inútil resistirte, lo sabes, no importa donde
te escondas ni lo que hayas hecho en el pasado, las moscas que has matado o
liberado, las vidas que has destrozado o salvado, reído, compartido, sufrido o
llorado, las facturas que has pagado, nada importará.
Siempre en peligro, tú lo sabes bien, te
has convertido en uno de ellos.
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