martes, 22 de diciembre de 2020

Relato 352

   

                                           Peligro

 

Es inútil que te escondas en la oscuridad del cine, en la pasajera nube gris, bajo las sábanas blancas o en la espesura del bosque humeante, tus energías se volverán  estériles, lo sabes bien, un día o una noche o una tarde aciaga vendrá a por ti, te hallará envuelto en sudor o en incertidumbre, la oirás llegar por el portal, chirriarán los goznes del portón oxidado, se cerrará de golpe, pulsará el interruptor general, brillarán las luces de las plantas, subirá por la escalera de madera, crujirán los escalones, auscultarás pisadas inquietantes, irán a tu nido de cristal.

 No querrás hacer ruido, estarás ausente, cerrarás los ojos, invisible, acurrucado en crisálida, cada paso retumbará en tu cabeza, campanadas de niñez, las contarás una a una, una tras otra, sabrás la hora que vives, el tiempo que te queda, permanecerás en suspenso, inmóvil, temblarás febril.

 En tu rellano cesarán los pasos, se detendrán ante tu puerta, sentirás un silencio largo y tenso, te parecerá inmortal. La mirilla deformará a la visitante, oirás el tintineo calmado de unas llaves, te acordarás del sereno de tu infancia, el sereno que abría los portales de todas las casas, aquí será sólo una, la tuya, tantearán en tu cerradura, se introducirá la llave justa en el bombín, darán dos vueltas los bulones burlones, se retraerá el resbalón, alguien empujará, abrirá la puerta, verás cierto resplandor, notarás corriente de aire, sentirás frío bajo el manto protector.

Tú querrás pasar desapercibido, apretarás los ojos, estrujarás los puños, no lo podrás evitar, la sombra se te acercará y se alargará, la verás hincharse como un presagio y te invadirá, suavemente ocupará tu lugar, os fundiréis en negro, un largo fundido en negro y ya no habrá nada que hacer, con las llaves en la mano serás uno de los suyos, otro sereno.

Y buscarás por los cines, por las nubes afelpadas de amarillo, por los bosques vaporosos, por las sábanas negras; inútil resistirte, lo sabes, no importa donde te escondas ni lo que hayas hecho en el pasado, las moscas que has matado o liberado, las vidas que has destrozado o salvado, reído, compartido, sufrido o llorado, las facturas que has pagado, nada importará.

        Siempre en peligro, tú lo sabes bien, te has convertido en uno de ellos.

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